Pasar al contenido principal

¿Por qué invertir en alimentos orgánicos?

El consumo de productos orgánicos en países industrializados como Estados Unidos, Alemania y Francia viene creciendo a pasos agigantados. Los consumidores en estas economías son cada vez más conscientes del impacto que sus decisiones de consumo tienen sobre la salud, el medio ambiente y la igualdad social. Para América Latina, este escenario presenta dos oportunidades únicas: la de posicionar nuestras empresas como exportadores por excelencia de este tipo de alimentos, y la de anticiparnos a la crisis de obesidad que acecha a los países desarrollados.

El mercado de productos orgánicos en Estados Unidos es el más grande del mundo. Si bien las ventas fueron de apenas US$3.000 millones en 2003, el sector alcanzó un nuevo record de ventas de US$43.000 millones en 2015. Los estadounidenses están demandando más alimentos orgánicos, especialmente frutas, vegetales y lácteos.

América Latina y el Caribe reúne entre 17% y 20% del comercio mundial de productos orgánicos. Un reciente estudio de la CEPAL indica que casi un cuarto de la tierra cultivada con métodos orgánicos a nivel mundial está en nuestra región, la mayoría en Argentina, Brasil y Uruguay. El potencial  es prometedor: en los próximos tres años, se estima que este mercado crecerá entre 11% y 15% anuales en Estados Unidos. Para las empresas de América Latina, ha llegado la hora de posicionarse para atender esta demanda.

Pero los productos orgánicos presentan beneficios  para la salud que van más allá de las oportunidades económicas. El Índice Alimenticio de Oxfam muestra claramente que, aunque países como Estados Unidos o Canadá lideran a nivel mundial en términos de asequibilidad y calidad de los alimentos, también registran los peores índices de obesidad y diabetes.

Michael Pollan, el reconocido periodista y profesor de la Universidad de Berkeley en California, lo explica en su libro Food Rules: An Eater’s Manual: el único aspecto de la nutrición sobre el que hay acuerdo entre la comunidad científica es que las personas que consumen una dieta occidental invariablemente sufren enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

La típica dieta occidental, rica en alimentos procesados y azúcares refinados, es cada vez más común en América Latina y otros países en desarrollo. Sin embargo, aún podemos anticiparnos a los desafíos que enfrentan los países desarrollados y promover la industria orgánica local. En el largo plazo, esto podrá resultar en el desarrollo del mercado doméstico de productos orgánicos, teniendo un impacto positivo sobre el sector empresarial, la salud y el medio ambiente.

Un estudio reciente publicado en Nature Plants indica que, aunque el rendimiento de la agricultura orgánica es menor que el de la convencional, las frutas y verduras  cultivadas con métodos orgánicos tienen mayor calidad nutricional, son 22% a 35% más rentables y tienen impactos positivos en el medio ambiente. La agricultura orgánica es sin duda una oportunidad para América Latina y el Caribe.

¡Suscríbete para recibir más contenido así!

[mc4wp_form]

Escrito por

Lina M. Salazar Ortegón

Lina Salazar Ortegón es entrenadora de salud integral. Previamente trabajó en Comunicaciones de BID Invest. Antes de entrar al Grupo BID, Lina trabajó

Transport

Posts Relacionados

  • A rendered image of the project
    Xochi, un corredor de flores que alivia el tráfico en Guatemala

    En un país donde los atascos son parte de la cotidianidad, una carretera con estándares internacionales reduce drásticamente el tiempo de viaje, empodera a las comunidades locales e incorpora innovaciones sin precedente para un proyecto de este tipo.

  • Electric bus in Bogota
    Próxima parada para los buses eléctricos: ¿qué hacemos con las baterías?

    Esta modalidad de vehículos se consolida como opción clave frente al diésel para reducir las emisiones en el transporte público. El desafío, sin embargo, es encontrar formas efectivas de prolongar la vida útil de las baterías y de reciclar sus componentes.

  • Bicicletas en una estación de anclaje.
    Las ciudades de América Latina pedalean hacia el futuro

    Las soluciones de micromovilidad, como bicicletas y scooters compartidos, han cobrado gran importancia en las ciudades de todo el mundo; y en América Latina, su uso está creciendo cada vez más. Estas alternativas a los automóviles prometen reducir las emisiones, la congestión y la demanda de espacio de estacionamiento en los centros urbanos.