Una emprendedora obtiene un préstamo, ¿qué pasa después? La importancia de documentar toda la historia
En San Salvador una pequeña empresaria consigue un préstamo para mejorar los equipos de su pyme. Un año después, la empresa es más productiva, y firma un nuevo contrato para proveer a un comprador local. Sus ventas aumentan y planea contratar dos personas más.
Desde la perspectiva del banco, se trata simplemente de una buena clienta que paga a tiempo. Pero hay otras cosas que el banco no sabe. Que es una mujer que lidera una empresa, que el negocio está creciendo y, además, genera nuevos empleos gracias a esta financiación. ¿Por qué debería importarle al banco tener esta información?
Porque el seguimiento de esa información sobre el crecimiento en ventas y la creación de empleos puede ilustrar el impacto que tiene el acceso al crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas propiedad de o lideradas por mujeres (mipymes mujer).
A su vez, esto puede ayudar a las instituciones financieras a entender mejor este segmento de clientas, normalmente desatendido, y ampliar los servicios a millones de mujeres con potencial de hacer crecer sus negocios si tan sólo pudieran obtener acceso al crédito.
Cerrar la brecha
Sólo un tercio de las mipymes en América Latina y el Caribe son lideradas por mujeres, y poseen una brecha de financiamiento de US$98 mil millones, por escaso historial crediticio, falta de garantías y hasta las normas culturales.
Poder captar y analizar sistemáticamente datos sobre el impacto del crédito se vuelve cada vez más relevante para las instituciones financieras, dada la aparición de bonos temáticos y bonos vinculados a la sostenibilidad, y el crecimiento de las inversiones de impacto.
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Un buen punto de partida sería la captura de datos desagregados por sexo de la propiedad de una empresa o de sus principales cargos directivos, una información clave que los bancos no siempre se recopilan.
Además, como se destaca en un informe reciente de BID Invest, entre aquellos que sí capturan datos desagregados por sexo, muchos no los utilizan para analizar métricas como los préstamos morosos, o la rentabilidad de sus carteras de mipymes mujer.
Sin evidencia clara de cómo se están desempeñando estos préstamos, hay pocos incentivos para ampliar el acceso al crédito para las mujeres. También son pocas las instituciones financieras que recogen datos una vez pasado el desembolso, lo que limita conocer los impactos del acceso a financiamiento.
Por eso, estamos trabajando con instituciones financieras de la región para desarrollar su capacidad de recopilar, analizar y gestionar datos de impacto de sus clientes mipymes, incluyendo las mipymes mujer.
Se apoya a capturar al momento de la solicitud del préstamo aspectos de inclusión financiera y de llegada a segmentos desatendidos, y también se captura lo que sucede después del desembolso en cuanto a impactos económicos, ¿La empresa aumentó las ventas, creció o generó empleos?
Medir, priorizar, implementar
Canalizando fondos de la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Empresarias (We-Fi), estamos trabajando junto a Acrux Partners y Quinto Impacto para ayudar a las instituciones financieras a establecer o fortalecer Sistemas de Medición y Reporte de Impacto, que les permite conocer la situación socioeconómica de sus clientes y el efecto del financiamiento.
Esto permite tomar mejores decisiones para desarrollar nuevos productos acorde a sus necesidades. Además, contribuye a mejorar sus procesos de gestión de datos y reportes de impacto.
Actualmente estamos apoyando a cuatro instituciones financieras. Comenzamos con un diagnóstico profundo de sus sistemas de recolección de datos, y un relevamiento de las características de sus clientes, productos y servicios para incorporar o adaptar un sistema de acuerdo con sus necesidades.
Luego se prioriza sobre un set de indicadores de impacto preestablecidos—sociales, económicos y medioambientales— que permiten medir la contribución del financiamiento otorgado por los bancos en diferentes dimensiones.
Los datos se levantan al recibir el crédito para conformar una línea de base, y a los 12 o 24 meses después. Por último, se les instala una herramienta que permite recopilar información uniforme de los clientes y visualizarla fácilmente.
Una de las primeras instituciones financieras en implementar este sistema será Banco Promerica de El Salvador, quienes tienen previsto su lanzamiento para los próximos meses. Además, hay oportunidad para incorporar la medición de impacto en el sector financiero a nivel más sistémico como lo hemos hecho con la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN). En colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se diseñó un sistema para recopilar datos estandarizados para toda la banca privada del país con el fin de generar más información sobre los impactos del sistema financiero en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Seguiremos trabajando en esta línea para aprovechar el potencial de la medición y gestión del impacto, tanto para el sector financiero de la región como para las mipymes mujer.
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