Aumentar los flujos financieros privados hacia los mercados emergentes y en desarrollo es imprescindible para revitalizar el crecimiento inclusivo y sostenible. Este es uno de los principales mensajes de las reuniones anuales de 2023 del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que acaban de concluir en Marrakech.

Como bancos multilaterales de desarrollo e instituciones financieras de desarrollo, desempeñamos un papel cada vez más importante a la hora de canalizar a los inversores hacia oportunidades de impacto social y ambiental en lugares que, de otro modo, pasarían desapercibidos. Si bien aquí hay muchos factores en juego, uno importante es la credibilidad en la forma en que medimos y gestionamos el impacto.

Esto significa contar con herramientas y prácticas sólidas para seleccionar inversiones de alto impacto y medir y gestionar el impacto de la cartera. También significa ser abierto sobre el desempeño de impacto y aprender de la experiencia sobre el terreno. ¿Las operaciones que financiamos están alcanzando los objetivos de impacto en el desarrollo previstos? Si no, ¿por qué? ¿Qué funciona bien y qué podemos mejorar? Hacemos esto cada año a través de nuestro Panorama de la Efectividad en el Desarrollo (DEO, por sus siglas en inglés), el principal informe del Grupo BID sobre resultados e impacto.

¿Cuáles son las 5 conclusiones clave del DEO 2023 para BID Invest?

1. Nuestra cartera ha mostrado señales de recuperación de los efectos de la pandemia, con progreso variado en los distintos segmentos. Aunque la pandemia del COVID afectó a las operaciones en todos los segmentos de negocio, algunos se han recuperado más rápidamente que otros. Por ejemplo, el efecto sobre las operaciones de infraestructura y energía fue mayormente transitorio y nuestra cartera de corporativos (que incluye sectores como agricultura, industria y ciencia y tecnología) mejoró significativamente en 2022 con más del 70% de las operaciones mostrando un desempeño satisfactorio. Por otro lado, el desempeño en términos de impacto de la cartera de instituciones financieras se vio fuertemente afectado por la pandemia. Esto afectó desproporcionadamente a los grupos de beneficiarios a los que BID Invest pretende llegar, como las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME). Aunque el desempeño de este segmento mejoró en 2022, persisten desafíos.

 

2. Incluso los proyectos que no cumplen con las expectativas pueden tener un impacto positivo. Una vez que se completa una operación, hacemos una evaluación final para comparar sus resultados finales con los objetivos de impacto originales. Estas evaluaciones son validadas de forma independiente por la Oficina de Evaluación y Supervisión del Grupo BID. Entre los proyectos evaluados en 2022 que no alcanzaron todos sus objetivos de impacto, la tasa de retorno económico promedio fue del 11%, por encima del punto de referencia del 10% establecido por los Good Practice Standards for the Evaluation of Private Sector Investment Operations. Es decir que estos proyectos generaron beneficios netos para la sociedad, aunque no alcanzaron todas sus metas.  Por ejemplo, un proyecto de agricultura en Brasil consiguió resultados excelentes en términos del aumento de la producción de caña de azúcar y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, pero no cumplió las metas de rendimiento agrícola, debido principalmente a la grave sequía.

 

3. Un fuerte enfoque estratégico puede apoyar la generación de resultados aún en contextos adversos. Por lo general, nuestro análisis muestra que hemos aumentado considerablemente nuestro enfoque en llegar a grupos vulnerables, a través de nuestro trabajo con instituciones financieras. También muestra que las operaciones con instituciones financieras son más sensibles a condiciones externas adversas y es más probable que se desvíen de las metas previstas de desarrollo durante las crisis (económicas, políticas o relacionadas con la pandemia). Esto se debe, en gran medida, a la naturaleza dinámica de su actividad. Los bancos tienen más flexibilidad para adaptar sus planes cuando se enfrentan a una crisis y pueden desplazar su asignación de riesgos fuera de las carteras percibidas como más riesgosas. Sin embargo, a las instituciones financieras que cuentan con un enfoque estratégico y una firme propuesta de valor para los segmentos desatendidos, en general les fue mejor. Por ejemplo, BAC El Salvador logró sus metas de crecimiento pese a la pandemia: la proporción de préstamos para PYME lideradas por o propiedad de mujeres en la cartera PYME aumentó desde 26% en 2019 hasta 35% en 2022.

 

4. Dado que las instituciones financieras juegan un papel clave en la ampliación de nuestra capacidad para llegar a grupos excluidos, fortalecer el desempeño de impacto de esta cartera es una prioridad. Para apoyar a nuestros clientes en su propósito de obtener mejores resultados, BID Invest está trabajando en ofrecer una propuesta de valor combinada, incluyendo diferentes estructuras financieras o instrumentos de riesgos compartidos que podrían ayudar a los clientes a navegar contextos adversos y apoyar a los segmentos desatendidos en entornos de mayor riesgo. También podemos ofrecer servicios de asesoría para desarrollar capacidades en la gestión de impacto, así como fomentar el intercambio de conocimiento sobre modelos y enfoques de negocios innovadores para fortalecer la implementación de los proyectos.

 

5. El sector privado de la región quiere desarrollar capacidades de gestión de impacto. Cada vez vemos más demanda de apoyo en este tema por parte de nuestros clientes. Por ejemplo, en Perú, estamos trabajando con Danper, una empresa líder en el sector agroindustrial, para evaluar el impacto de sus programas sociales y medir la pobreza multidimensional—que va más allá de la pobreza monetaria – entre sus trabajadores. Esta información ayudará a la empresa a dar seguimiento al bienestar de los empleados y fortalecer el impacto de sus programas sociales para mejorar su calidad de vida. En el sector financiero, estamos trabajando con la Asociación Boliviana de Bancos Privados (ASOBAN) en la adopción de un sistema de monitoreo del impacto para sus 11 bancos asociados, una iniciativa pionera en América Latina y el Caribe. También hemos venido trabajando con BRK Ambiental, uno de los mayores proveedores privados de servicios de agua y saneamiento de Brasil, para estimar el impacto sobre la salud de aumentar la cobertura de dichos servicios en el país.

Estos son sólo algunos de los temas tratados en el DEO de este año. Este balance, no sólo nos ayuda a comunicar los resultados de nuestros esfuerzos de gestión de impacto, sino también a identificar áreas de mejora. Después de todo, aprender de lo que hacemos y aplicar estas lecciones para hacerlo mejor es el núcleo, tanto de la práctica, como del desempeño de la gestión del impacto.