
¿Está el financiamiento sostenible cerrando las brechas en América Latina y el Caribe?
La manera de persuadir a los inversores de impacto para que destinen recursos a América Latina y el Caribe es una cuestión central para el futuro de la región.
La manera de persuadir a los inversores de impacto para que destinen recursos a América Latina y el Caribe es una cuestión central para el futuro de la región.
Seguramente no haya oído aún sobre la última idea para garantizar la sostenibilidad del sector energético: las líneas de transmisión verdes. Estas líneas contribuyen a la descarbonización de los sistemas nacionales interconectados y presentan prácticas ambientales y sociales de excelencia.
El COVID-19 ha supuesto un desafío adicional para expandir el acceso a agua y saneamiento en la región, con una reducción en la inversión en este tipo de infraestructuras; se espera que las asociaciones público-privadas bancables y otros recursos como el acceso a financiamiento en moneda local ayuden a expandir la inversión privada en el sector.
Durante la última década se ha visto una expansión considerable de proyectos de energía renovable en América Latina y el Caribe, que ha ayudado no solo a equilibrar la matriz energética, sino también a abaratar el costo de la energía renovable. Sin embargo, esta expansión es aún relativa, y se necesita inversión y recursos adicionales para reducir la brecha existente, calculada en unos US$50.000 millones al año, y financiar de forma competitiva proyectos de energía renovable en la región. Así, resulta clave desarrollar eficientemente el mercado de capitales, movilizando la liquidez de inversores institucionales locales, fondos de pensiones y multifamily offices para llevar a cabo las inversiones necesarias.