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¡Ábrete Sésamo! Un nuevo cultivo genera esperanza en Bolivia

  Durante un reciente viaje de trabajo a Bolivia, llegué a una remota aldea situada 350 kilómetros al noreste de Santa Cruz de la Sierra, donde conocí a una mujer llamada Doña Máxima. Esta viuda y madre de cuatro hijos no tiene acceso a electricidad, agua ni saneamiento, vive a unos 50 kilómetros de Ascensión de Guarayos, el pueblo rural más cercano, y se gana la vida con dificultad, a través del cultivo de semillas de sésamo y su venta a Latco International Ltda., el mayor exportador de sésamo orgánico de Bolivia. Más de 80% de los bolivianos habitantes del medio rural vive en la pobreza, como es el caso de Doña Máxima, sin embargo, la situación está comenzando a cambiar para ella y sus vecinos. Gracias a Latco, más de 1.200 familias rurales han podido aumentar sus ingresos por medio del sésamo, un cultivo no tradicional y casi inexistente en Bolivia hace diez años, pero que hoy en día alcanza buenos precios en Japón y otros mercados.

Un nuevo cultivo genera esperanza en BoliviaLatco suministra insumos (semillas, herramientas, etc.) y asistencia técnica para la producción y certificación orgánica a los pequeños productores, con el fin de que éstos puedan emprender el cultivo del sésamo. Además, les brinda préstamos para capital de trabajo, sin interés, durante el ciclo de producción. Para Latco, el costo operativo de la provisión de esos microcréditos es muy alto, pero ha asumido este compromiso para poder incrementar sus exportaciones. A pesar del desarrollo del sector microfinanciero de Bolivia, el crédito para la agricultura sigue siendo muy escaso. Según la ASFI, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero de Bolivia, el crédito para la agricultura representa apenas 6% del total de la cartera de las instituciones financieras, y de ese 6%, el 90% es absorbido por los grandes agricultores.

Latco también ayuda a las comunidades de pequeños agricultores a obtener respaldo financiero de organismos multilaterales de desarrollo para la construcción de infraestructura agrícola.

Hasta la fecha, se han construido cuatro centros de acopio comunitarios con fondos del Programa de Alianzas Rurales, del Banco Mundial. En el centro de acopio de la comunidad de Villa Fátima, Doña Máxima me contó cómo, con la ayuda de Latco, pasó de producir media hectárea de sésamo hace dos años, a producir tres hectáreas en la actualidad. Por poco que parezca, esto ha sido muy significativo para ella. Con las ganancias de su cosecha más reciente, Doña Maxima ha adquirido una pequeña parcela en Ascensión, con la esperanza de construir ahí algún día, una casa para enviar a sus hijos a la escuela.

El crecimiento de la compañía durante los próximos años, dependerá de su capacidad para incrementar su oferta y atender a la demanda creciente de sus principales clientes, la mayoría de los cuales se encuentran en Japón. Lo mismo puede decirse de su impacto social. A medida que crezca, Latco estará en condiciones de incorporar a un mayor número de pequeños agricultores a su cadena de suministros, con resultados de beneficio mutuo.

Mediante su política de pago de precios justos y en efectivo, y gracias al respaldo financiero y a la asistencia técnica suministrada a los pequeños agricultores, Latco ha fortalecido su vinculo comercial con las comunidades agrícolas pero, aún más importante, les ha ayudado a mejorar su calidad de vida. Por esta razón, en Oportunidades para la Mayoría (OMJ) estamos considerando un proyecto de préstamo que brindaría respaldo financiero a Latco, a fin de que pueda refinar su modelo de negocio e incrementar su impacto social.

Si desea obtener más información acerca del proyecto, diríjase a OMJ.

Autores

Valentina Echeverry

Valentina Echeverry es Líder de Inversiones en AlphaMundi Group A.G. Previamente, se desempeñó como Oficial de Inversión del Banco Interamericano d

Transport

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