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Infraestructuras ‘verdes’ para combatir el cambio climático

* Por Valle Avilés Pinedo La Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, celebrada en septiembre en Nueva York, volvió a poner de manifiesto el papel esencial que el sector privado juega a la hora de combatir el cambio climático. Junto a más de 120 jefes de Estado y de gobierno, unos 200 CEOs participaron en las reuniones para discutir como el sector público y privado, junto con la sociedad civil, pueden trabajar juntos para frenar el calentamiento global.

[caption id="attachment_2135" align="alignleft" width="377"]Planta solar fotovoltaica de Pozo Almonte y Calama, en el desierto de Atacama en Chile. Planta solar fotovoltaica de Pozo Almonte y Calama, en el desierto de Atacama en Chile.[/caption]

Las voces más críticas señalan que la cumbre se cerró con más promesas que medidas concretas. Nueva York, sin embargo, fue una parada más en el camino que lleva a París, donde en diciembre de 2015 tendrá lugar la conferencia decisiva en la que se espera que se selle un tratado internacional con obligaciones definidas. Además de captar la atención de la opinión pública a través de las redes sociales, medios de comunicación y manifestaciones en más de 2.800 ciudades, la cumbre logró involucrar de pleno al sector privado, elevar el nivel de la discusión y preparar así el terreno para las negociaciones del tratado de París.

Uno de los temas centrales en las discusiones de Nueva York fue como puede realizarse la transición a una economía más ‘verde’ y sostenible. La reducción de las las emisiones de gases de efecto invernadero es un imperativo, al ser éstas la principal causa del calentamiento global. Para ello, el sector público y el privado se comprometieron en la cumbre a impulsar distintas iniciativas para estimular la inversión en proyectos de sostenibilidad y de adaptación al cambio climático. En concreto, se enfatizó la importancia de impulsar la financiación de infraestructuras sostenibles, especialmente en el ámbito urbano donde la infraestructura existente está actualmente sufriendo grandes presiones por el rápido crecimiento de la población urbana. Además, según datos de Naciones Unidas, las ciudades son responsables de en torno un 70% de las emisiones de carbono. Así, en la cumbre se acordó el establecimiento de la Alianza para el Liderazgo en materia de Financiación Climática de las Ciudades, que buscará fomentar la colaboración entre actores públicos y privados para captar una mayor inversión para proyectos de infraestructuras ‘verdes’ en países en desarrollo. El objetivo es cerrar la brecha existente entre las necesidades de inversión en infraestructuras y la cantidad que está siendo realmente invertida.

En el caso de América Latina, las necesidades anuales de inversión ascienden a 170.000 millones de dólares al año hasta 2020, según datos de Citibank de 2013. La región, además, se ha convertido en los últimos años en la más urbanizada del mundo  con un 80% de la población viviendo ya en ciudades. Sus infraestructuras, por tanto, necesitan adaptarse a esta nueva realidad y, además, al impacto del cambio climático. Según un estudio reciente de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el coste económico del calentamiento global podría suponer hasta el 5% del PIB regional.

Integrar la sostenibilidad en la planificación, diseño y construcción de infraestructuras es esencial para combatir el cambio climático. Aunque a menudo son percibidas como más costosas, las infraestructuras sostenibles ayudan a mitigar riesgos y tienen efectos multiplicadores en el largo plazo. Desde el BID somos conscientes de la importancia de la sostenibilidad y del papel primordial que juega el sector privado a la hora de satisfacer las necesidades de inversión en infraestructuras sostenibles de América Latina y el Caribe. Por ello, apoyamos aquellas iniciativas que estimulan la inversión en proyectos sostenibles. Ejemplo de ello son los Premios Infraestructura 360º del BID y el Programa Zofnass de la Universidad de Harvard, que buscan identificar, evaluar y premiar inversiones sostenibles realizadas por el sector privado en alianzas público-privadas en la región. Entre los proyectos premiados en 2014 figura una línea de metro que no sólo mejorará la cohesión social al dar acceso y movilidad a 11 distritos de Lima, sino que además reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en hasta un 80%.

 

* Sobre el autor:

Valle Avilés Pinedo trabaja en el departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Valle coordina las comunicaciones de los Premios Infraestructuras 360º, cuyo objetivo es promover buenas prácticas en inversiones en infraestructuras en Latinoamérica y el Caribe. Valle ha trabajado como periodista en España, Reino Unido, Perú, Estados Unidos y Mozambique. Fue becaria Fulbright en la Universidad de Columbia en Nueva York, donde cursó un máster en Relaciones Internacionales.

 

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Autor invitado

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