La región de América Latina y el Caribe ha progresado, y mucho, en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los últimos años.
Desigualdades digitales
Se estima que el sector de la tecnología móvil generó unos 260.000 millones de dólares en valor económico para la región en 2016 –contando impactos directos, indirectos y en la productividad– y que contribuyó a crear 1,7 millón de empleos directos e indirectos según GMSA, un grupo de la industria que representa los intereses de los operadores móviles en el mundo.
En un informe de 2017, GMSA destacó la rápida expansión de las redes 4G en América Latina y el Caribe; y declaró que, a este paso, la cobertura 4G de la región estaría a la par del promedio mundial en 2020. Estos son algunos de los hallazgos de GMSA:
- Al cierre de 2016, la región contaba con 451 millones de suscriptores al servicio de telefonía móvil, lo cual significa una tasa de penetración del 70%. Este valor supera la tasa mundial (66%), pero es inferior a la de Europa (85%) o América del Norte (80%). Las proyecciones indican que se sumarán otros 60 millones de nuevos suscriptores en América Latina y el Caribe para 2020.
- Existe una suerte de fiebre por comprar teléfonos inteligentes entre los suscriptores móviles. Estos dispositivos representaron el 59% de las conexiones móviles totales en los primeros seis meses de 2017.
- El mercado en la región es enorme. América Latina tiene casi 350 millones de suscriptores a internet móvil, más que los Estados Unidos; y va camino a rivalizar con el mercado europeo en tamaño para 2020. Sin embargo, cerca de 300 millones de personas en América Latina y el Caribe permanecen “digitalmente excluidas”; y se espera que esa cifra sufra una caída modesta, a 250 millones, para 2020.
En otras palabras, los altos niveles de inequidad de la región se traducen en grandes disparidades digitales. En un extremo del espectro están los jóvenes con medios económicos en las ciudades; en el otro, las mujeres mayores y sin recursos en las zonas rurales. Así y todo, los residentes rurales están entre los que reciben los mayores beneficios de los servicios móviles porque, por ejemplo, pueden pagar sus cuentas o realizar compras en línea en lugar de trasladarse a la ciudad más cercana.
La asequibilidad económica es uno de los factores que alejan a las personas del acceso a internet y les impiden tener dispositivos móviles. En algunos países, el costo de tener un equipo móvil puede representar una buena porción del ingreso de una persona de bajos recursos. Otros factores que inciden negativamente incluyen las inquietudes en materia de seguridad, la conectividad incompleta, la falta de habilidad y conciencia digital y la escasez de contenidos locales relevantes (por ejemplo, en lenguas indígenas).
La región tiene resultados claramente diversos. En su Informe sobre la Medición de la Sociedad de la Información de 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones ubica a la mayoría de los países de América Latina y el Caribe en los grupos medios y superiores de su Índice de Desarrollo de las TIC, que evalúa el desempeño de las habilidades, la utilización y la infraestructura TIC. (Uruguay, Barbados y San Cristóbal y Nieves ocuparon algunos de los lugares más altos del ranking). No obstante, la región se posiciona por debajo de todas las demás regiones –con excepción de Oriente Medio y África– en métricas de calidad, tales como la velocidad media de descarga y la latencia de red (una métrica de los retrasos minúsculos que contribuyen al desempeño más lento).