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5 razones para reconsiderar la biomasa en Latinoamérica

Con menos de una semana del inicio del COP21, los gobiernos de todo el mundo se preparan para alcanzar un acuerdo internacional sobre el cambio climático. El progreso es cada vez más evidente. Más de 140 países, incluyendo la mayor parte de América Latina y el Caribe, han presentado sus respectivos Aportes a las Contribuciones Nacionales (INDC por sus siglas en ingles). Estos planes de acción permiten a los gobiernos comunicar internacionalmente las acciones climáticas que tendrán lugar después del 2020. Una de las conclusiones hasta ahora: la energía limpia será fundamental en la reducción de emisiones para todos los gobiernos, entre ellos los mayores emisores mundiales de carbono. Con esto en mente, es importante recordar los beneficios de una tecnología de energía renovable infrautilizada: fuentes sostenibles de biomasa.

5 razones para reconsiderar la biomasa en Latinoamérica

Dado que la biomasa se produce a partir de materiales orgánicos, tales como aserrín, la caña de azúcar y otros residuos agrícolas que están ampliamente disponibles y de bajo costo, esta fuente de energía es la más rentable. Estos son cinco razones adicionales por las que la biomasa es una fuente de energía sostenible:

  1. No agota los recursos naturales. La biomasa tiene el potencial de convertirse en una enorme cantidad de energía. Materias primas como las hojas, raíces, cáscaras de frutos secos, residuos agrícolas, desechos de madera, etc. Se queman para producir vapor. Esta es una alternativa viable para las empresas comprometidas con el logro de la sostenibilidad del medio ambiente al mismo tiempo que reduce los gastos de energía a partir de combustibles fósiles importados. Este es el caso de una innovadora empresa de cítricos en Costa Rica, Ticofrut. La compañía reduce el consumo de combustibles fósiles mediante la utilización de la biomasa de residuos agrícolas para generar electricidad y vapor para la planta de procesamiento.
  2. Es fácil de cultivar, recolectar y utilizar. Las actividades agrícolas son propensas a generar grandes cantidades de residuos de biomasa que a menudo se quedan en el campo. Mediante la utilización de este tipo de residuos para producir energía sin causar daños a la tierra, los costos de desecho de materiales y los niveles de contaminación pueden ser disminuidos. También se pueden plantar cultivos en grandes cantidades especialmente para la generación de energía.
  3. Ayuda a reducir las emisiones de CO2. Quemar residuos agrícolas para generar electricidad limpia libera materia orgánica que se habría liberado de forma natural a través del periodo de descomposición, un proceso que puede crear más de 20 veces más emisiones de gases de efecto invernadero. Los grandes consumidores de energía en el sector industrial que han cambiado de combustible líquido derivado del petróleo a fuentes sostenibles de biomasa han visto resultados positivos.
  4. Se han demostrado que beneficia directamente a zonas rurales. La biomasa puede fomentar  inversiones en zonas rurales y generar empleo en toda la cadena de suministro. Proporciona ingresos a agricultores y pequeños propietarios así como también fomenta el mantenimiento responsable de sus cultivos. En Brasil, por ejemplo, la producción de 14 mil millones de litros de etanol a partir de caña de azúcar es el responsable de la creación de casi 2 millones de empleos (directos e indirectos). Sólo en los EE.UU., la industria de la biomasa emplea a 18.000 personas, principalmente en zonas rurales.
  5. Es un mercado poco explorado con un potencial de crecimiento enorme. La biomasa representó dos tercios de todo el consumo de energías renovables en la Unión Europea en 2012. En Estados Unidos, el consumo de energía proveniente de la biomasa creció más de un 60 por ciento entre el 2002 y el 2013. Esto representa la mitad de toda la energía renovable consumida. Aunque en América Latina la generación de energía sostenible a partir de biomasa represento sólo el 4 por ciento en 2014, la biomasa constituye la mayor parte del crecimiento de la capacidad renovable instalada en la región. Brasil es el principal impulsor.

Las fuentes de energía baja en carbono dejan a las empresas lograr la neutralidad de carbono. Incluir la biomasa en los planes de inversión permite que el sector privado tenga más opciones.

Autores

Vanessa Matos Tudela

Vanessa Matos es candidata a MBA de la Universidad de Toronto. Previamente, trabajó como consultora en temas de inversión para el cambio climático, en

Water and Sanitation

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